Paso 5. Analiza las diferentes etapas de redacción, revisión y finalización del informe de hoja de ruta.

Proceso de redacción y proceso de validación

El proceso de redacción de un documento de hoja de ruta atravesará tres fases principales. En primer lugar, durante la fase inicial, una autoridad de alto nivel tiene que encomendar (solicitar) la elaboración de un documento que describa el programa nacional de reformas para la facilitación del comercio. Esta autoridad también tiene que designar al editor principal o al equipo de redacción que dirigirá el proceso de redacción.
La segunda fase es la fase de concepción, que consiste en la redacción del documento en sí. Esta fase incluye tres etapas: 1) la implicación de las partes interesadas, 2) la discusión con las partes interesadas sobre los problemas a los que se enfrentan y las posibles actividades que deben realizarse, y 3) la definición de los indicadores de rendimiento para medir los logros y resultados de las diferentes actividades. El resultado de la segunda fase es un documento preliminar de hoja de ruta consolidado.
Finalmente, en la fase de validación, el documento se presenta a los responsables de la toma de decisiones de las principales organizaciones interesadas para obtener su aprobación formal. Este documento debe incluir cualquier ley que deban aprobar el Parlamento o el Primer Ministro para poder iniciar la ejecución de las actividades incluidas en la hoja de ruta.
Las tres fases se ilustran en el siguiente gráfico:


Las tres fases de «inicio», «concepción» y «validación» son secuenciales, es decir, que se ejecutan una única vez y en este orden concreto. Sin embargo, en la fase de concepción, las tres subetapas (participación de las partes interesadas, identificación de los problemas y las actividades, y establecimiento de los indicadores de desempeño de los objetivos) tienen una naturaleza iterativa. Es posible, por tanto, que deban repetirse varias veces. Cada paso puede revelar nuevos problemas en los procesos de importación y exportación o nuevas propuestas sobre cómo abordar estas cuestiones. En consecuencia, podría ser necesario revisar los resultados, para redefinir las actividades o incluir otras nuevas, reconsiderar los indicadores de desempeño de los objetivos o volver a involucrar a las partes interesadas.